miércoles, 18 de noviembre de 2009

En el mar

Ese día estaba en el Arrecife de Coral con Nini, mi vecina la pulpo, y con burbujitas, el pez payaso de mi clase de “coralegio”. Estábamos jugando al escondite y se la quedaba él. Cuando empezó a contar, fui nadando hacia una parte bastante alejada. Paré en seco, junto a una gran roca, para ocultarme tras ella, y de pronto me quedé petrificado. Un enorme cacharro de un material que no conseguí descifrar se acercaba hacia a mí con gran lentitud. Era obra de humanos, eso seguro. Había un objeto transparente por todos lados y detrás de él había multitud de personas. Me acerqué con cautela y me di un porrazo con él. Tuve la sensación de que estaba caliente, y eso me dio mucho miedo. También era duro, y plano, como un pez manta. Escuché un golpe en el objeto. Era un humano que por lo visto, quería llamar la atención. No lo consiguió. Observé durante largo rato como el gran mounstro –oí alguna vez el nombre de esa cosa… ¿cómo era, barco de turismo? ¡Sí, eso era!- bueno, pues vi como se alejaba el gran barco de turismo cuando de repente noté una gran luminosidad a mis espaldas. -¡Ajá! Te pillé Pompi –sus colores anaranjados me pillaron por sorpresa, y con resignación, fui al sitio donde empecé a contar- ¡Ponpi se la queda! –anunció Nini con graciosa alegría.

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